Mi sensacion, y creo que compartida con mucha mucha gente,
al sentarme en la butaca de un avion es cercana a la de quien
se deja en manos de una fuerza superior
Como si uno se abandonara a un destino indescifrable,
como a ese caballo que le tapan los ojos y las orejas
para que no lo perturbe el entorno.
Como a ese nene al que le sacaron las rueditas de la bicicleta
y debe mantener su cara lo mas lejos posible del piso
Pero tambien es importante pensar en algunas hechos y actos
mucho mas habituales en los cuales podemos reparar a la hora de
establecer algun/a ¿paralelismo?
¿Acaso pensamos en los riesgos que implica viajar en colectivo
a las 3 de la tarde en una calle cualquiera?
¿Acaso no estamos en manos del azar viajando en tren a las 8 de la mañana?
¿Acaso cruzar una calle no es una aventura a la cual el destino observa por una ventana?
Es un buen ejercicio pensar en estos tres puntos para aquellos que
tengan miedo de subir a un avion
Son las 6 de la mañana
hace media hora que estoy en Aeroparque
y hace media hora que me estoy repitiendo esas tres preguntas
No hay comentarios:
Publicar un comentario